España investiga sistemas para aprovechar la energía marina
En cinco años abastecerá a 300.000 personas

Existen 81 prototipos diferentes para extraer la energía a las olas, una carrera que empezó Escocia hace casi una década y en la que Portugal se ha enganchado antes que España. El Plan español de Energías Renovables 2011-2020 incluirá las olas como una nueva fuente limpia, como el sol o el viento. Se pueden aprovechar las mareas y las corrientes, la energía térmica del océano -la diferencia de temperatura entre la superficie y el fondo marino- o el movimiento de las olas.

En Santoña (Cantabria), a una milla del faro del Pescador, se instalará en septiembre una boya de 12 metros de diámetro y otros tantos de alto, pero que apenas será visible desde la orilla. El oleaje le hará subir y bajar con fuerza. Ese movimiento pendular provocará una energía mecánica que se trasladará a una bomba hidráulica y de ahí por unas tuberías hasta mover un alternador.

En el puerto de Mutriku, en Guipúzcoa, se utilizará la llamada “columna de agua oscilante”, que será instalada en el nuevo dique con una superficie de 100 metros de longitud. Cuesta 6,1 millones de euros e incluye una cámara de aire. Con la entrada de las olas, el aire se mueve y acciona las turbinas por las que sale la energía eléctrica. Comenzará a funcionar a mediados del año que viene.

Galicia apuesta por un tercer modelo que ya implantó Portugal. Se llama Pelamis (cobra marina, en griego). Es como un gran gusano articulado, que va amarrado al fondo del mar y produce energía gracias al movimiento de los empalmes de las piezas.

Una de las ventajas de la energía de las olas es que su movimiento se reproduce las 24 horas al día, aunque con más fuerza en invierno que en verano. Además “tienen una capacidad de predicción mucho mayor que otras renovables”, dice Luis Mingo, portavoz de la Asociación de Productores Energías Renovables, con 350 empresas asociadas.